Estamos hechos a la idea de que nuestro cerebro es todopoderoso por la cantidad de cosas que hace, cuando las pensamos y cuando no, pero nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que, en operaciones complejas, el cerebro necesita toda la ayuda que podamos darle, y ahí es donde entra la música que llevamos puesta en el coche. Porque sí, hace la conducción más amena pero al cerebro no le gusta ni un pelo.
Lo ha explicado la científica Victoria Bayón. Afirma que no es nada descabellado eso de bajar la música cuando aparcamos, igual que también lo solemos hacer para ver mejor, aunque parezca que son cosas que no están en absoluto relacionadas. Significa que, entre otras cosas, nuestra capacidad cerebral es limitada y nuestra mente necesita que le echemos una mano.
Los estímulos y la música, un problema para nuestra atención
Sucede algo muy curioso en lo que respecta al funcionamiento de nuestro cerebro. Aunque creamos que estamos atentos a una sola cosa, en realidad el cerebro está atento a absolutamente todo. ¿Cómo? Teniendo presentes todos los estímulos que llegan, ya sean estímulos sensoriales, visuales o táctiles. Por eso, cuando los estímulos son demasiados, el cerebro pierde eficiencia por tener que usar sus recursos de forma tan diversificada y, como consecuencia, perdemos capacidad de concentración.
De ahí que, aunque lo hagamos de forma inconsciente, bajar la música de la radio para aparcar o para leer letreros cuando conducimos sirve como una manera de reducir ruido mental. Puede que no lo hagamos queriendo, pero ayudamos así a nuestro cerebro. O quizá, simplemente, nuestro cerebro sea el que nos pide ayuda de forma no muy evidente, pero al final consigue lo que busca. Reducir estímulos y concentrarse. En este caso, en aparcar, pero también en muchas otras cosas.
Ocurre también que en ocasiones el cerebro no sabe bien qué priorizar entre tantos estímulos. Si tenemos la vista centrada en localizar aparcamiento, los oídos en la música y, de repente, alguien nos habla teniendo a su vez que prestar atención a dos fuentes de sonido, es probable que el cerebro se atasque aún más. Eso fuerza que también, de forma inconsciente, reduzcamos el número de estímulos.
La solución de Xiaomi. No es única, pero es útil
En el caso de fabricantes de coches inteligentes como Xiaomi, se ha encontrado una solución para esto de la sobrecarga mental y, de paso, evitarnos tareas repetitivas, poco satisfactorias y que pueden acabar con daños en el coche. Tareas como localizar un aparcamiento y dejar el coche allí. Gracias a sistemas como la conducción autónoma o el del aparcamiento autónomo de Xiaomi, nuestro cerebro no tiene que dedicar parte de su potencia a esa tarea y podemos concentrarnos en otras.
No debemos perder la atención, claro está, pues los sistemas no son infalibles y puede haber errores. Pero si el coche de Xiaomi está aparcando por nosotros, podemos mantener la música alta o estar dialogando con otra persona. Incluso podemos cantar, ya puestos. Un gran avance para poder descargar nuestro cerebro de tareas repetitivas. Para eso se inventó la inteligencia artificial, ¿no es así?
Imágenes | Gemini | Pixabay
Vía | 3DJuegos
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